La serpiente de oro (fragmento)
"
Por donde el Marañón rompe las cordilleras en voluntarioso afán
de avance, la tierra peruana tiene una bravura de puma acosado. Con ella en torno,
no es cosa de estar al descuido. Cuando el río carga, brama contra las
peñas invadiendo la amplitud de las playas y cubriendo el pedrerío.
Corre burbujeando, rugiendo en las torrenteras y recodos, ondulando en los espacios
llanos, untuosos y ocres de limo fecundo en cuyo acre hedor descubre el instinto
rudas potencialidades germinales. Un rumor profundo que palpita en todos los ámbitos,
denuncia la creciente máxima que ocurre en febrero. Entonces uno siente
respeto hacia la correntada y entiende su rugido como una advertencia personal.
Nosotros, los cholos del Marañón, escuchamos su voz con el oído
atento. No sabemos donde nace ni donde muere este río que nos mataría
si quisiéramos medirlo con nuestras balsas, pero ella nos habla claramente
de su inmensidad. "