Los gallinazos sin plumas
"A las seis de la mañana la ciudad se levanta de puntillas y comienza
a dar sus primeros pasos. Una fina niebla disuelve el perfil de los objetos y
crea
como una atmósfera encantada. Las personas que recorren la ciudad a esta
hora parece que están hechas de otra sustancia, que pertenecen a un orden
de vida fantasmal. Las beatas se arrastran penosamente hasta desaparecer en
los pórticos de las iglesias. Los noctámbulos, macerados
por la noche, regresan a sus casas envueltos en sus bufandas y en su melancolía.
Los basureros inician por la avenida Pardo su paseo siniestro, armados de escobas
y de carretas. A esta hora se ve también obreros caminando hacia el tranvía,
policías bostezando contra los árboles, canillitas morados de
frío, sirvientas sacando los cubos de basura. A esta hora, por último,
como a una especie de misteriosa consigna, aparecen los gallinazos sin plumas."